martes, 9 de julio de 2013

"El corazón a primera instancia"

Parte I
                         “Primera Impresión”
¿Por qué llegamos a esta edad en lo que todo parece, o es, cada vez más difícil?
Solo quiero comprender la mitad de las cosas que me pasan. No entiendo por qué  voy hacia el lado que no me corresponde, y así termino, reprochando  mis errores.
Aquel día, martes 20 de marzo de 2012 exactamente a las 14:15 hs, abrí la puerta a mi pesadilla.
     Una mesa larga con ocho sillas llenaban el lugar, ocho sillas, de las cuales siete ocupadas y ese lugar restante era para mí. Tomé  asiento. En frente mío un muchacho con poca barba hablaba  descontroladamente y era un poco mayor que yo (Nicolás), a su lado  un niño, de cabello rubio, intentaba llamar la atención con sus chistes (Lucas), a mi  izquierda mi sobrina escribía  en su cuaderno, le seguía su amiga (Celia) –que por cierto, nunca me cayó bien-, justo en diagonal una chica callada, tímida, miraba su carpeta (Camila). En la última silla, contra la pared,un chico apuesto,morocho y con uniforme, deleitaba mi vista desde que entré. En la cabecera, a mi derecha, mi profesora hablaba en inglés.
Todos completaban la hoja de ejercicios que había entregado la profesora…
    Habían terminado, menos yo, que ni siquiera  había apoyado mi  lapicera. Seguía volando, seguía en esa  nube, como si no estuviera en la tierra.
Regrese a casa tan  tonta como lo estaba en inglés:
-                     ¿Cómo te fue?- ( preguntó mi mamá)
-                     Bien, supongo- (conteste sin interés )
    En mi habitación  dormí  con la imagen de ese muchacho en mi cabeza. La semana fue dura  hasta llegar al veintisiete, la segunda clase, donde seguramente lo vería  de nuevo. Al entrar sentí algo de desilusión, pues él no estaba. Nos sentamos y, la profe nos saludó y comenzamos con la clase:
-                     ¿pasaron bien la semana?
-                     ¡Bien, algo aburrida por la lluvia!- (contestó Celia, tan detestable como de costumbre)
-                     ¿y su hijo “teacher”?- (preguntó Lucas)
-                     No pudo venir, tenía que terminar tarea
    En ese momento fue cuando dije…
Si falta una sola persona… él faltó….y…entonces quiere decir que…
-¡AUCH!- (grité por dentro) –
    Al martes siguiente, tres de abril, se repitió su ausencia. Lo peor de todo es que me estaba afectando bastante  el comenzar a olvidar su rostro después de 15 días.

Tras una semana más, diez de abril, llegó mi alivio, estaba allí concentrado en su libro. Una vez ubicada en mi lugar pasé mi cuaderno de apuntes para que anotaran sus teléfonos. ¡Bien! El paso uno estaba hecho, ya tenía su número.

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