domingo, 21 de julio de 2013

" El corazón a primera instancia"

Parte II
                                 “Verdad y desilusión
 Nos mensajeamos y hablamos hasta el diecisiete  de abril, esa clase  yo había llevado algo para compartir, y todos sin problema alguno, nos reíamos y disfrutábamos.
    El día veintitrés decidí que debía decirle las cosas que sentía, tenía la necesidad de soltarlo, no podía  esconderlo más. El  veinticuatro, luego  de seis semanas, decidí nada más que responder a esos coqueteos de siempre por parte de él. Estaba sentado a mi lado y un papel pasaba de regazo a regazo sin que nadie se enterara. Desde que desdobló  ese papel por última vez dejó de hablarme.
     Pasaban los días y no contestaba mis mensajes, no me hablaba en clases, no me miraba siquiera.
Yo, vivía acompañada de insomnios, agonías y delirios, hasta que me di cuenta de que, por primera vez, me había enamorado. Cada martes llegaba a mi casa de muy mal humor, ni yo me soportaba y pasaba noches enteras preguntándome qué había hecho mal. Finalmente, después de haber hecho interminables intentos enviando mensajes, aproveché la situación:
    El sábado nueve de junio mi mamá me había regalado un nuevo celular, mi número aún no lo tenía nadie. Cuando tuve crédito, miércoles trece, se me ocurrió mandar un mensaje:
-                     Hola, ¿Cómo andas?
-                     ¿Quién sos?
-                     …(no conteste)
-                     ¿Para qué me mandas mensajes si no me vas a decir quién sos?
-                     Tenía ganas de molestarte…
      Había entrado  en un juego interesante en el que lo había hecho rogar para rebelar mi identidad. Pistas, pistas y más pistas, solo pedía pistas y hacía preguntas como: ¿Cuándo fue la última vez que te vi?, ¿Dónde?, ¿Cómo te conocí? Hasta  que acabó el divertido juego…
¿Hablé con vos….a través de un papel?
   ¡Oh-Oh! ¡Llegó el fin de mi identidad secreta! Había disfrutado por un momento su intriga… Una vez dijo: “a mí nadie me deja con la intriga”.
  Conteste que sí y me “explicó”:
“No te hablé porque…ya me pasó una vez y salió lastimada esa persona. No lo quería para vos”
   ¿Qué? ¡Pero él fue el que empezó a coquetear! En fin…respuesta fue la más falsa que podía haber dado en mi vida:
-                     Bueno, seamos amigos
-                     Si, te doy una segunda oportunidad.
¿Segunda oportunidad? Ni que me hubiera sentido privilegiada.

   Pensé que al martes siguiente, diecinueve, todo volvería  a la normalidad, pero no fue así, seguía igual. Mi ira rebalsaba, no entendía cuál era el problema ahora. Seguían pasando las semanas  y en el mes de septiembre, luego de sufrir, pensar y razonar, me di por vencida. Solo me encargue  de ahogarme en mi fracaso y no luchar más, ya no valía la pena. No me preocupe más por el asunto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario